Monday, December 8, 2008

A las puertas de El Ubérrimo

Here is Ivan Cepeda's Opinion Column from Sunday's edition of El Espectador, which previews the findings in his latest book co-authored with long-time human rights activist Jorge Rojas. The book examines the role of paramilitarism in the department of Córdoba, in northern Colombia, and in particular, how the current President, Alvaro Uribe Vélez, has accepted this process of consolidation that has occurred over the last several years. For those of you who don't know, Ivan Cepeda, the head of the organization of family members of victims of state terror, has been repeatedly targeted publicly by the President, resulting in constant threats against his life. His father, Manuel Cepeda Vargas, a Senator of the Patriotic Union, was killed by paramilitary assassins in 1992.

Iván Cepeda Castro 6 Dic 2008 - El Espectador

A las puertas de El Ubérrimo
Por: Iván Cepeda Castro
ESTA SEMANA SALE AL PÚBLICO EL libro A las puertas de El Ubérrimo, que escribimos el defensor de derechos humanos Jorge Rojas y yo. En mayo de este año, luego de una visita que hice a Montería, elaboré un artículo que fue respondido desde el Palacio de Nariño con un agresivo comunicado, y luego con una intervención en la que el presidente Uribe me calificó de “farsante de los derechos humanos”.

En esa columna me limitaba a describir la ciudad de Montería, mostrando la omnipresencia del paramilitarismo tanto en su diseño físico, como en su ambiente político y social. Me preguntaba cómo era posible vivir en esa ciudad en las últimas décadas e ignorar lo que estaba ocurriendo. La respuesta a esa pregunta es sencilla: quien viviera en la ciudad y en el departamento de Córdoba desde mediados de la década de 1980 tenía que conocer la situación que había configurado el control paramilitar en todas las esferas de la vida social.

En vez de replicar con los mismos métodos de la Presidencia, preferí realizar una investigación seria a partir de varias fuentes sobre los últimos 25 años en Montería. Difícil ignorar que en el centro físico y político de ese medio social está ubicada la hacienda El Ubérrimo. Al propósito de comprender mejor lo acontecido en Córdoba me ayudó Jorge Rojas. Además de ser una autoridad en materia de desplazamiento forzado, él vivió la época de las primeras masacres en esa región, y tuvo que salir de Montería pues su labor periodística había suscitado serias amenazas de muerte en su contra.

Para escribir el libro consultamos a testigos, víctimas y autoridades judiciales; revisamos El Meridiano de Córdoba y otras fuentes de prensa; acudimos a estudiosos de la historia reciente del departamento. El método que usamos fue no suponer nada ni lanzar acusaciones. Simplemente pusimos en contexto los hechos, como quien arma un rompecabezas, guiándonos por la pregunta acerca de qué estaba ocurriendo, en cada etapa, a las puertas de la hacienda presidencial y qué hacía su dueño. Buscamos la crónica social, examinamos la vida pública de más de sesenta líderes ganaderos y políticos que han sido investigados por sus vínculos con los grupos paramilitares y que han sido a la vez amigos personales y socios políticos del presidente Uribe. Rastreamos las frecuentes visitas del Presidente a su hacienda en Montería y comparamos cronológicamente su permanencia en la hacienda con los sucesos que estaban ocurriendo en la ciudad. Estudiamos la historia de los dos principales clanes paramilitares que han tenido como epicentro la región: los Castaño y los Mancuso.

El resultado de esa indagación es un panorama en el que la hacienda El Ubérrimo aparece instalada en una realidad innegable. Muchos ganaderos y líderes del departamento no sólo encabezaron el apoyo económico y político al proyecto paramilitar, sino que han justificado abiertamente sus nexos con las Auc; las masacres que se cometieron y sus autores eran de conocimiento público, los jefes paramilitares tenían sus centros de operación a pocos kilómetros de Montería, varios de ellos frecuentaban la ciudad y hacían vida social; personajes como Fidel Castaño y Salvatore Mancuso eran considerados leyendas e incluso se les erigió un monumento; el diario local informaba estos hechos. Y todo eso ha ocurrido literalmente a la entrada de la hacienda de quien es hoy el Presidente de la República.

Las conclusiones las debe sacar el lector.


1 comment:

Anonymous said...

Buenos Dias Sr. Cepeda, recientemente empece a leer este libro de su autoria, y cuando lei una breve descripcion sobre usted, donde dicen que ha trabajado por velar por el respeto de LOS DERECHOS HUMANOS y que haya en cierta forma UNA NDEMNIZACION PARA LAS VICTIMAS DE ESTA CRUEL GUERRA, pareciera que ud. no ve sino un solo actor - EL GOBIERNO - y es a el que le pide velar por lo que deja la guerra - VIUDAS, GENTE INMOVILIZADA, DESPLAZADOS Y HAMBRE. pero me gustaria saber si con esa misma vehemencia le ha pedido a la otra parte - LA GUERRILLA - que haga algo por tanto dolor que ha causado - pues nunca he visto ni escuchado nada sobre este tema. Sera que el SR.??? MONO JOJOI Y SUS SECUACES NO TIENEN VELAS EN ESTE ENTIERRO y todo es culpa del Gobierno como usted lo hace ver en su libro.