Recently, the Casa de Américas in Spain awarded its prestigious Bartolomé de las Casas prize to the Communication Team of the Association of Indigenous Councils of Northern Cauca, ACIN. It was the latest recognition of many to this group of extraordinary people committed to walking the word for the communities of Colombia, using grassroots organizing strategies alongside their popular communication media to confront the false narratives of Colombia's major media and its political and corporate underwriters. We salute the work of the Tejido, and share with you here a number of commentaries (in Spanish) and links related to the prize and what it means for the ongoing work of the ACIN.
MAMA
El pasado 15 de diciembre de 2009, la Casa de Américas de España, dio a conocer el Fallo de la XIX Edición del Premio Bartolomé de las Casas, donde reconoce el proceso organizativo liderado por la ACIN en el norte del Cauca, y en especial la “labor en el ámbito de la información a través del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas, que incorpora y articula las estrategias comunicativas tradicionales con los medios masivos para informar, reflexionar y decidir con el propósito de defender la vida de las personas y la pervivencia del territorio”.
Así, una vez más se reconoce el proceso de resistencia pacífica y la construcción de alternativas que se vienen tejiendo desde el norte del Cauca, donde el proceso de comunicación ha sido fundamental para visibilizar, fortalecer y proteger los planes de vida y además denunciar constantemente la agresión desde el modelo económico transnacional. Recordemos que en el 2007 el Tejido de Comunicación fue reconocido como el Mejor Medio Comunitario del país junto con el Colectivo Montes de María, y en el 2008 fue nombrado como uno de los 24 líderes del país por la Revista Cambio. Cabe resaltar también, que es la primera vez que el Bartolomé de las Casas se queda en Colombia, esta vez en cabeza de la ACIN y el Tejido de Comunicación y de Relaciones Externas para la Verdad y la Vida.
“Nos sentimos muy contentos de recibir este premio y de que reconozcan a la ACIN como resultado del trabajo de comunicación y concienciación que venimos realizando las tejedoras y los tejedores desde el norte del Cauca. Ahora se decidirá colectivamente, como siempre lo hemos hecho, quién en representación nuestra irá a España a traerle el premio a la comunidad”, expresó uno de los tejedores de comunicación. La ACIN es el esfuerzo de comunidades, comuneros y comuneras, cabildos, proyectos comunitarios y el esfuerzo anómino de decenas de miles de personas que incluye a muchos que han dado la vida sin ningún reconocimiento. Este premio Casa de América, es para ellas y para ellos. Por haber caminado la palabra, hoy su esfuerzo no ha sido envano. Es a ellas y a ellos, los desconocidos, los ingorados a quienes dedicamos nuestra gratitud y reconocimiento.
Además, el “Jurado distinguió a la Asociación de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca - ACIN por el gran aporte de afirmación cultural, educativo, político y territorial del pueblo NASA; por los avances significativos en la organización de los pueblos indígenas, que han convertido a ACIN en referente para otros pueblos; por los grandes avances en la administración de su territorio mediante la formación y participación política y administrativa convirtiéndose en el promotor de varias movilizaciones de los pueblos indígenas colombianos y por haber logrado un relevante grado de interlocución internacional”.
El reconocimiento es un acto de generosidad que nos estimula a dar lo mejor de lo que somos por nuestros pueblos.. Evidencia el trabajo y la experiencia que hemos adquirido, donde hemos aprendido con las bases comunitarias y con otros sectores sociales y populares, que es posible tener “nudos”, “hilos” y “huecos” para darle libertad a la palabra y hacerla caminar con dignidad. Es así que con esta postulación no nos reconocen a nosotros como personas, reconocen a un colectivo, el Tejido de Comunicación para la Verdad y la Vida , dentro de un proceso del que nos enorgullecemos, pero en realidad, reconocen la labor de “Tejido de la Palabra ” para que camine en libertad por la paz desde los pueblos, conscientes, movilizados y actuando en consecuencia. La postulación es un acto de generosidad que nos estimula a dar lo mejor de lo que somos por nuestros pueblos.
Para mayor información comunicarse a los siguientes teléfonos: (092) 8293999, 3113212167, 3122907082 y 3117034571.
Los invitamos a leer nuestra postulación, las voces de quienes nos apoyaron y el fallo.
La siguiente carta, escrita desde el exilio por Manuel Rozental, miembro fundador y primer coordinador del Tejido de Comunicación, expresa en su contenido el sentimiento de todo el equipo de trabajo del Tejido, respecto al premio Bartolomé de las Casas . Agradecemos a Manuel sus palabras y resaltamos que su posición y su análisis son compartidos por todos los Tejedores y Tejedoras de la comunicación del norte del Cauca.
La conciencia de un pueblo que forja su palabra y sale a sembrarla: Premio Bartolomé de las Casas 2009.
Queridas compañeras y compañeros:
Ayer supimos que el jurado de la XIX edición del “Premio Bartolomé de las Casas” otorgado por la Casa de América de España, reconoció a la ACIN, entre muchas y muchos postulados de diversos lugares con este reconocimiento. Aunque hablamos por teléfono, quiero poner por escrito algunas cosas.
Sabemos que la postulación la preparó el Tejido de Comunicación y relaciones externas para la verdad y la vida y, dentro del mismo, un esfuerzo colectivo con un trabajo de mayor empeño y dedicación de algunas personas. Felicito por esto al tejido, a todas y todos y en particular, a las personas que más insistieron en sacar esto adelante. Pero también, a la gente que desde "fuera", metió tanto empeño y a veces más que nosotras y nosotros porque participáramos en este tipo de eventos.
Claro que ahí están el maestro y compañero Héctor Mondragón quien nunca nos abandona y está siempre presente para aconsejarnos y apoyarnos a pesar y desde sus propias amarguras y distancias. Oscar Olivera y Marcela, quienes desde lejos, nos sienten y comparten el camino, la gente de la Red de Solidaridad Colombia Vive! de Italia con quienes contamos y quienes cada año vienen tejiendo la solidaridad del corazón y del compromiso. Todo el equipo de RECALCA, que ha apoyado al proceso enseñándonos a entender la centralidad del modelo económico y del Libre Comercio, garantizando nuestra participación como iguales, con otros pueblos y procesos en diversos ámbitos y, con el alma, a La Chiva desde Canadá y en especial, a Erwin Blanco y a "Maicito del Tull", quien no solamente nos postula y nos presenta por el mundo, sino que se entrega al trabajo como tejedor, exigiendo, aportando así como es el, casi siempre en silencio, sin pedir nada más que lo que logremos colectivamente: justicia, dignidad y libertad.
Yo les agradezco y les digo que este premio los reconoce. Uno siempre se equivoca cuando nombra y reconoce, porque deja de nombrar a tanta gente. Pido disculpas y les ruego que sientan que acá y desde acá no solamente yo, sino todas y todos los que creemos en la palabra libre, les nombramos. Por eso nombro acá a Antonio Bonanomi y con el, queda nombrada tanta gente a la que quiso y quiere y quienes son su vida y su sabiduría.
El Premio lo recibe la ACIN y más que la ACIN, este premio lo recibe, como el contenido de nuestra postulación lo señala, el compromiso de poner en Libertad la Palabra para Caminarla. Y una palabra libre es una criatura con su propia vida. El milagro de la palabra es ese. Ahora mismo, mientras escribo estas líneas, se hace realidad ese milagro. Se desprenden de mí, salen de mi compromiso, de nuestro afecto, de todo lo que puedo ser de alegría y dolor, de mi experiencia, equivocaciones y apremios.
Se queda lo que falta por nombrar, pero una vez escritas o nombradas, se hacen libres. Reconocer la palabra es reconocer la libertad en su forma más bella y auténtica. Por más que uno quiera firmar y lo haga para responsabilizarse y asumir lo dicho, la que vuela es la palabra y si se reconoce y afecta, generando solidaridad, identidades, iras, indiferencias, lo que hace es su camino, se teje con otras vidas, se convierte en vuelo y reclama la misma libertad, la ruptura del silencio, el debate, la reflexión y la acción.
Quienes dicen que escribir discursos y hablar bonito no sirve para nada, no se han dado cuenta que nadie puede realmente nombrar sin comprometerse, como mínimo, porque la palabra tejida siempre se convierte en espejo y se para delante de nuestras vidas a reclamar primero y ante todo, a quienes las ponemos en libertad. Si no somos dignos de nuestras palabras, tampoco lo somos de nuestros actos. Ante todo es eso, la palabra nos reclama ser partidarias y partidarios de nuestros actos.
Por eso hoy aprovecho para pararme frente a la palabra que concede el Premio Bartolomé de las Casas como ante un espejo y nombrar con firmeza, enfáticamente, algunas cosas. Yo lo que leo, aunque no lo digan precisamente quienes otorgaron el premio, es que se reconoce a quienes luchan por darle la palabra a quienes han sido condenados a la penumbra, por haberse dedicado a nombrar el silencio y el dolor al que los han condenado.
Proceso que impone aportarles a sus deseos y a su derecho de ser reconocidos y también de entender por qué y para qué los someten y los excluyen. Lo que tengo en el alma y lo nombro, es lo que reconocen. No cabe en palabras, pero se me agolpa en este momento en los huesos y en las lágrimas. Veo a miles, en las veredas, en los ranchos, en las asambleas y en las Mingas, sí, también en la Gran Minga de Resistencia Social y Comunitaria.
Las veo y los veo, en los video-foros, frente a la radio, en las conversaciones, compartiendo un mote, una agua de panela, un boletín del Tejido de Comunicación. Mirando de manera abierta y limpia. Empobrecidos, empobrecidas y con una dignidad enorme. Los ejércitos les amenazan y maltratan, las leyes los despojan, las transnacionales vienen a mentirles y a robarles, los detienen, los torturan, los condenan al hambre y a la distancia, pero luchan por romper la ignorancia que encadena y quieren hacer conciencia del horror y de sus beneficiarios para resistir. Son quienes enfrentan lo peor de la codicia en silencio y tantas veces caen, como tantas la han derrotado.
Han recuperado tierras, han caído sin nombre, andan lisiadas y lisiados de por vida y sin apoyo en los territorios y son las primeras y los primeros en unirse sin pedir nada, ningún premio, ningún presupuesto, a la hora de enfrentarse por la dignidad. Recogen la palabra precisa que les da su única y mayor riqueza, la claridad que desde la penumbra les hace ejemplares y constructores de un sueño. Son, ellas y ellos todos, el futuro que debe venir. Llevar la información a estos pueblos, a cada comunera y comunero dentro y fuera del territorio, dejar que esa información se convierta en conciencia, es tejer la palabra.
Una vez tejida, queda libre el territorio del imaginario, recuperada la tierra de la libertad. La humildad se vuelve futuro y la mirada se convierte en camino. Ese es el milagro que explica las movilizaciones, el ejemplo de un pueblo, las masas que se suman a las mingas. La conciencia de un pueblo que forja su palabra y sale a sembrarla. El verdadero liderazgo, ha sabido mandar obedeciendo. Los y las líderes que han merecido la confianza de estos pueblos, deben estar a la altura inalcanzable de sus bases y jamás transformar la autoridad en poder. A quienes han sido ejemplo de esta manera de liderar, los reconoce este premio, mientras reclama duramente respeto a este mandato desde abajo.
Y la palabra se teje entre pueblos, se encuentra por debajo y en la oscuridad, porque es en este camino que vamos entendiendo lo que nombra el Mandato Indígena y Popular: "solos no podemos, nos necesitamos mutuamente..."
El jurado, al reconocer la palabra y la acción que postulamos, reconoce una manera de tejer conciencias, de devolverle el camino y el liderazgo a quienes han sido negadas y negados, el empeño por alcanzar la libertad para que los nadies seamos todas y todos y la codicia ceda su lugar de privilegio frente a la justicia que no es venganza, pero si verdad, reparación y enseñanza.
Que desde España se reconozca con el nombre de un rebelde que se negó a la codicia del reino conquistador, que respetó a los indígenas y exigió que se les reconociera como humanos, que intentó defenderlos de un yugo injusto y perverso, Bartolomé de las Casas, a unos indígenas en el país sometido a la muerte para el despojo por la conquista que ellos mismos comenzaron y que hoy en día continúa y se profundiza, es aún más significativo.
La palabra que reconoce Casa de América, honra, por fin, a Bartolomé de las Casas y reconoce a las víctimas de la conquista, exige la libertad de su palabra, demanda respeto a su camino y a sus territorios. La Casa de América, en un reconocimiento, abre las compuertas del silencio y el torrente de dolor y de recuerdos que viene desde el testimonio de Bartolomé hasta hoy, debe ponerse en libertad por esa hendija que abre el premio.
La tarea que nos toca es entrar por esa puerta y que sirva para derrumbar el muro del silencio de siglos y resistir el oprobio que llega hasta hoy. El premio reconoce a quienes Bartolomé descubrió y quiso defender solitario ante un imperio. Los pueblos reconocidos y desconocidos, en el solo acto del reconocimiento, ven el milagro de una palabra que es espejo frente a esta y a todas las conquistas y reclama, ¿por qué no compartimos la libertad? ¿por qué no nos respetan la palabra y el camino? Valiente reconocimiento en tanto se convierte en reclamo en el instante mismo del fallo.
Pueblos capaces, dignos y hermosos, silenciados y vejados, sometidos a un desprecio que hoy no se arrodilla ante reyes y conquistadores, sino que se levanta, detrás de su palabra por la dignidad. Al reconocer la palabra de la postulación reconocen y se comprometen a respetar pueblos y luchas, a transformar la relación de amos y esclavos que perdura, por la de quienes debemos cambiar lo que está mal. Un día, serán los pueblos quienes otorguen el Bartolomé de las Casas a herederos de conquistadores que hayan asumido su historia y la hayan transformado por el camino de la conciencia, la verdad, la justicia, la reparación y el mundo posible y necesario que ya hemos nombrado en la agenda de la Minga contra el modelo y sus herramientas, por el respeto a derechos y para que los pueblos tengamos agenda. Un día no habrá más dueños y el mundo será de los pueblos. Esto lo reconoce el jurado. Un camino largo, que ha sido nombrado.
El premio es para la ACIN, es decir, para los Planes de Vida que nombró el asesinado Alvaro Ulcué Chocué, para la palabra y el camino de los pueblos, para la coherencia con la lucha, para quienes hemos asumido el compromiso con lo nombrado y con los empobrecidos, para quienes hemos contribuido en algo con este camino. El premio es, ante todo, para quienes han sido asesinados, torturados, desaparecidos, violadas, maltratadas desterrados y desterradas. Para los nadie en todas partes que un sistema silencia. Para su palabra de dolor y lucha. Hoy no han sufrido por nada. Los y las postulamos para que existan, porque nos han mostrado el camino. No es un premio a una institución, ni a unos cargos. Es el premio a una lucha. Que ¿quién ganó el Bartolomé de las Casas? La respuesta es fácil, quien haya asumido de verdad y sin engaños que
"La palabra sin acción es vacía
la acción sin palabra es ciega y que
las palabras y la acción por fuera del espíritu de la comunidad
son la muerte"
Este reconocimiento a la ACIN, gracias a la postulación del Tejido de Comunicación y Relaciones Externas para la Verdad y la Vida, es también un espejo para el proceso indígena y popular y especialmente para el del Norte del Cauca. Exige con firmeza coherencia. Los errores propios, los egoísmos, las envidias, los protagonismos, las censuras y limitaciones a los espacios de debate y participación, los excesos y abusos que se dan en todo proceso, es decir, los "dolores del crecimiento, deben pararse ahora frente a la palabra nombrada y responder, porque es una palabra colectiva y hay que respetarla.
La Casa de América ha reconocido la Libertad, nos corresponde alcanzar la estatura de este vuelo y derecho. Yo, al nombrar lo que digo en esta carta abierta, me pongo este espejo y asumo ante ustedes el desafío de lo que nombro. El mundo libre de los pueblos y desde los pueblos, será el futuro cuya palabra postulada y reconocida nos comprometen a construir desde abajo, a tejer para la verdad y la vida. Las conciencias, convertidas en procesos, van forjando el camino, hay que respetarlas y hacerlas respetar.
Felicitaciones, compañeras y compañeros de este y del otro lado del mundo, hemos recibido y nombrado un compromiso ante la Madre Tierra y sus pueblos y criaturas!
Desde un Territorio del Gran Pueblo por un mundo sin dueños, de los pueblos.
Manuel Rozental
Incómodo Tejedor de Conciencias,
desde el exilio
Canadá Febrero 11 de 2010
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