El hecho es que ante el reflujo de la derecha a través de golpes y procesos electorales, se requiere la acción consciente de resistencia de los pueblos. El hecho es que Feliciano Valencia no es el criminal, sino quienes lo arrestan y mientras el no esté en libertad y sus victimarios enfrentando a la justicia, no nos dejarán en paz. La paz que merecemos se gana con la resistencia por la libertad.
La Consejería de la Asociación de Cabildos del Norte del Cauca – ACIN, convoca a Audiencia Pública hoy, 11 de abril de 2010, en la Ciudad de Popayán, con carácter urgente, para exigir la libertad de Feliciano Valencia.
Feliciano Valencia fue trasladado a la fiscalía sexta especializada de la capital del Departamento del Cauca, por parte de agentes del DAS, de manera irregular, tras su arresto ilegal e inconstitucional en el aeropuerto de Cali en la tarde de ayer. Nuestro compañero, líder indígena y vocero de de la Minga, debe ser puesto en libertad de manera inmediata, pero también, debe permitírsele realizar su trabajo y gira internacional como vocero de la Minga de Resistencia Social y Comunitaria. La concentración que comienza en estos momentos en la ciudad de Popayán es, precisamente, para rechazar el flagrante y desvergonzado ataque del Gobierno contra la Minga a través de la detención ilegal de nuestro líder. Este hecho refleja una escalada evidente de la agresión de la "seguridad democrática" contra la libertad y los derechos de los pueblos y obliga a la comunidad a declararse en asamblea permanente.
El hecho es que el Gobierno y el DAS, haciendo gala de su reconocido quehacer criminal que abarca desde "falsos positivos", autoatentados, actos terroristas, desapariciones forzadas y vínculos con el narcotráfico a la vez que persecuciones ilegales contra civiles y opositores (chuzadas), con pleno conocimiento de su violación a la Constitución y a la justicia, proceden ahora a arrestar a Feliciano. El DAS, autor de manuales para perseguir opositores entre quienes se incluyen niñas y niños hijos de civiles inermes, no tiene autoridad ni legitimidad para realizar este tipo de acciones. Este hecho pone en evidencia la desfachatez con la que, a pesar de haber sido objeto de verguenza en el ámbito internacional por su quehacer delictivo, actúa un Gobierno y una institución bajo la dirección de la Presidencia de la República contra la poca libertad que queda en Colombia.
Denunciamos que el Gobierno y el Estado Colombiano se encuentran en manos de criminales, ocupado por bases militares de los Estados Unidos y, por ello, convocamos a la protesta y a la movilización en resistencia. La audiencia que comienza hoy en Popayán se mantendrá hasta lograr la libertad de Feliciano. Feliciano fue trasladado de manera irregular a Cali, de allí a Palmira y, tras no saberse si lo habían desaparecido, es llevado a Popayán, en un procedimiento que refleja una maniobra ilegal que le complica el procedimiento a sus perpetradores. Se trata de impedir que la Minga se conozca fuera del país. Se trata de silenciar a otro líder popular entre muchos que han sido perseguidos, desaparecidos, judicializados, asesinados y desterrados por realizar su labor pedagógica, política y de lucha civil desde y con los pueblos. La tarea del DAS y del Gobierno es callar el pensamiento y la conciencia con la persecución selectiva.
El hecho es que mientras esto sucede, se han reiniciado las masacres, recientemente en Suárez Cauca, otro indígena en Córdoba (hoy hay noticia de otra masacre contra indígenas Awá). Ante los resultados electorales recientes y el triunfo de la derecha como derecha, como parapolítica, como "libre comercio", como "confianza inversionista" y también como un Centro que concuerda con la derecha, la seguridad democrática se siente ratificada en el poder y procede a perseguir, judicializar, asesinar, masacrar, difamar, desplazar y negar derechos y libertades, en cuanto sienten que tienen el respaldo y el poder para profundizar su proyecto de muerte al servicio de la codicia. El hecho es que las mismas prácticas delincuenciales desde Gobiernos al servicio de intereses económicos criminales y transnacionales se aplican en Chile contra líderes del pueblo Mapuche (recientemente condenado a más de cien años de prisión un líder Mapuche), en Panamá, en México y en Honduras, donde siguen asesinando líderes de la resistencia popular con total impunidad. Circulan listas negras internacionales y la derecha de la "Gran Alianza" que abarca los gobiernos afines al capital desde Canadá y Estados Unidos hasta Chile, coordina estrategias comunes de persecución, propaganda, terror y legislación de despojo. El hecho es que ante el reflujo de la derecha a través de golpes y procesos electorales, se requiere la acción consciente de resistencia de los pueblos. El hecho es que Feliciano Valencia no es el criminal, sino quienes lo arrestan y mientras el no esté en libertad y sus victimarios enfrentando a la justicia, no nos dejarán en paz. La paz que merecemos se gana con la resistencia por la libertad.
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